La controversia entre el Ayuntamiento de la capital y la Diputación sobre el convenio de bomberos pone además sobre la mesa la situación de los servicios de extinción en la provincia. La distribución de los parques comarcales no cubre todo el territorio, deja zonas oscuras de atención, y la labor encomiable del personal tiene la limitación del modelo establecido de voluntario. Resolver el problema, sostiene la Federación de Servicios Públicos (FSP) de UGT es una tarea en la que tienen que implicarse todas las administraciones. Adecuar las bases existentes que no funcionan todo el año, crear otras nuevas y, sobre todo, modificar el sistema existente y aprovechar sus medios componen la propuesta del sindicato para enmendar un estado de cosas poco satisfactorio.
“Parques de bomberos por toda la provincia, bien distribuidos y dotados”. Tal es la premisa de la que parte el secretario de Administración Local de la FSP, Jesús Martín. En la actualidad, las instalaciones se ubican con cierta concentración. Están muy próximos El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz, lo mismo que Ágreda y Ólvega. Almazán completa la lista de parques comarcales. Pinares y Tierras Altas son ‘agujeros negros’ para una cobertura que, de hecho, realiza la capital. También “todo el corredor” de la A-2 queda “desatendido”, recuerda por su parte el secretario de la FSP, Alberto Lozano.
Arcos de Jalón, Izana, Lubia, San Pedro Manrique, Villar del Ala, Vinuesa, El Amogable, Cabrejas del Pinar, Duruelo de la Sierra, Covaleda y San Leonardo son los once puntos que para el sindicato completarían una red que garantizaría la “correcta asistencia a todas las comarcas”. Pero de nada sirve tejer esta malla sin personal ni medios. Lo curioso es que existen y que en buena medida están poco aprovechados.
La organización pone el acento básicamente en la Junta, cuyas instalaciones no están operativas durante todo el año, sino en temporadas de incendios o, en los mejores casos, con periodos de actividad de medio año y nueve meses. El Amogable, Covaleda, Vinuesa, Almarza, Bayubas de Abajo, San Pedro Manrique, Lubia y la zona del Madero cuentan no sólo con la sede, sino también con la maquinaria que podría emplearse para un diseño más eficiente en el servicio provincial. Gran parte del año, está parada. En cuanto a la dotación de personal, la consideración de la FSP suma la necesidad a la creación de empleo público.
Fijos discontinuos
Los trabajadores fijos discontinuos que ejercen su actividad durante periodos concretos estarían en condiciones de “atender a los incendios de todo el año”, señala Lozano. Eso sí, con la correcta formación para actuar en las incidencias. Es una vía, la de la profesionalización, dirigida a dar otro impulso a una de las realidades del modelo provincial basado en voluntarios. Cada uno de los cinco parques comarcales sólo cuenta con un bombero profesional y el resto es voluntario, tiene su profesión aparte de esta dedicación.
Las necesidades y posible reordenación de los parques a través de un estudio era algo de lo que tenía que encargarse la Diputación, según el caducado convenio con el Consistorio de la capital. De momento, nada se sabe de tal análisis. Es tiempo de crisis y ni siquiera puede ofrecer a Soria la misma cantidad (240.000 euros) que el año pasado. Tampoco parece excesivo el entusiasmo de la Junta y la Subdelegación a las misivas que les remitió UGT para poner sobre la mesa una nueva y eficaz distribución de medios. Todas las administraciones tienen competencias, pero de momento no se han dado movimientos.
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